Leo en Época las declaraciones de Joan Ridao, diputado de ERC. Es profesor de Derecho Constitucional en alguna Universidad de Cataluña, por la parida que dice debe ser por la de Sitges o San Cugat del Vallés.
El enorme profesor y diputado confiesa que el Estatut es una norma de rango subconstitucional. Nuevo concepto de derecho, que todavía no tienen los manuales pero dentro de poco tendrá que ponerse para regocijo de la fauna separatista.
El argumento que utiliza Don Juan es que al ser una ley aprobada por la voluntad popular, eso ya no lo puede mover ni el sursum corda. Pero ¿Qué me estás contando? Usted lo que quiere decir es que si decidimos que los que no sean blancos no pueden votar y se hace un referéndum y lo ganan, aunque sea inconstitucional, eso no lo puede mover nadie. VAYA PARIDA.
Pregunto a los entendidos y todos me dicen que eso que afirma Don Juan es mentira, que en todo caso se podría dar ese nombre a las leyes que tenemos por debajo de la constitución. Como por ejemplo el código penal, el reglamento de fútbol o el de petanca.
Pero se me ocurre una cosa más. Como la constitución dice que la soberanía la tiene el pueblo. Podríamos votar el resto de los españoles si nos gusta el Estatut o no, porque afecta al concepto de soberanía nacional. De esa forma no haríamos algo ilegal y pondríamos todas las cartas sobre la mesa ¿Cuál sería el resultado? Si como dice Don Juan, el nuevo Cicerón, hay que aceptar el resultado, si fuese a la mierda el estatut, pues ya se buscarían otra cosa para perder el tiempo y gastar nuestras pelas, que al final es lo importante, la pela de la que vivo ¿verdad Don Juan Ridao?
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