A raiz del simulacro de intelectual de Wyoming, me planteo varias cuestiones.
La situación es sencilla. Corrían los primeros años de revolución soviética, cuando el "humilde" Lenin decidió dar una vuelta más de tuerca en el camino revolucionario. La guerra civil hacía peligrar el proceso revolucionario y decide instaurar el terror. Idea que tenía clara desde el principio por otro lado. La eliminación del adversario político fue total, mencheviques, blancos, sacerdotes santos (utilizando su terminología) etc. Las primeras redadas fueron en tiempos de Lenin, que nadie lo olvide.
A su muerte Stalin (que se traduce por acero) hizo lo mismo, llevado hasta un límite insospechado. Cuando el enemigo se acabó, se buscó dentro del partido. Las muertes y deportaciones fueron por millones.
Yo saco la siguiente enseñanza. La izquierda en líneas generales en España, tiene el objetivo de la consecución del poder, cueste lo que cueste. Por el camino se llevan a todas las personas que haga falta. Ahora no puden hacer deportaciones, juicios amañados, fusilamientos etc. Pero esto lo hacen de manera metafórica, ahora los enemigos son Aznar, la Iglesia, el Opus, o la traidora de Rosa Díez (cual nuevo Trostky) etc, hay que macharcarlos y punto. Ellos deciden quien no es bueno para vivir en sociedad, no hay crítica posible, no hay posibilidad de diálogo. Si intereconomía se mete conmigo, se la cuelo. Como me van a criticar esos sucios fachitas. Todos los días hacen juicios sumarísimos y los demás perdemos nuestros derechos. Leninismo sin sangre, pero leninismo.
De todas formas una cosa más:
1º. Si es mentira, que mal llevas las críticas, poco demócrata eres.
2º. Si es verdad, típico del leninismo.
En ambas cuestiones quedas como un auténtíco CABRÓN, que era lo que pensabamos por cierto
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