He estado unos días retirado y ahora me encuentro con la cruda realidad. Leo el titular esta mañana de La Razón y me pongo pálido. Una pandémia, el fin del mundo. Estaba con mi amigo Isaac y enseguida pensamos en la película El Incidente. Peli que no le gustó nada y me animaba a dejar de ver, no le hice caso a pesar de sus protestas.
Bueno, enseguida pienso en los amigos que han estado en México, los padres de menganito, el cuñado ha estado a unos 5.000 km, es distancia prudencial. Leo lo que hay que hacer, lavarse las manos a menudo, no dar la mano, besos etc. He de reconocerlo: SOY UN HIPOCONDRIACO. Tengo pocos defectos, pero alguno hay que tener y este es una pesadez. Todo puede ser un agente infeccioso que puede provocar...hasta la muerte. Los niños a la cama temprano, el ambroxol al menor síntoma de catarro, la calefacción otra vez puesta, una cosa que le protesto a mi mujer: las ventanas abiertas para ventilar la casa es bueno, que lista es: esto puede salvar nuestra vida.
Bueno dejando un poco el tono de broma, dentro de algo que es un problema, es como reacionamos ante noticias de este tipo. Pensamos que vivimos en el mundo mejor, el más seguro y de vez en cuando nos damos cuenta que seguimos teniendo los mismos problemas de todos los hombres de todas las épocas. La vida pende de un hilo y una simple partícula puede ocasionar una pandemia. Hemos sustituido la verdad por el progreso y nos damos cuenta de la fragilidad de la vida humana y como el progreso no da consuelo de ningún tipo ante situaciones de este tipo.
El madrí a cuatro y tú filosofando.
ResponderEliminarNo es gripe porcina; es dicho en andaluz: "tengo la gripe por encima", osea, gripe porcima.